Resumen:
La India se ha preocupado, como todos los demás pueblos, del problema del destino humano: los filósofos como su religión, han considerado este mundo como una cárcel de cuyos lazos es preciso desligarse. La India ofrece algo más independiente y filosófico: los libros sagrados no son, en el país de los brahmanes, la última palabra, sino que estirando sede en su espíritu, se discuten sus doctrinas y se le rechaza o acepta.