Resumen:
Señala que lo que la civilización debe al mundo romano es esa unión de hombre a hombre, origen del feudalismo y el sentimiento de independencia personal que han dado brillante resultados. Menciona que es evidente que cuando la invasión de los bárbaros en Roma se vivificó, ese sentimiento de libertad, de dignidad no existía; tal era el estado de degradación a que había llegado el hombre, estado que poco pudo mejorar la nueva creencia, por lo que fue necesario que apareciesen pueblos nuevos y robustos que pudiesen comprender y seguir las saludables predicas del Hombre-Dios, contribuyendo así a la regeneración de la humanidad. Considera que reducir a sus justos límites y hacer racional la libertad brutal de los bárbaros, fue la obra del cristianismo.