Resumen:
Sostiene que la emoción estética se relaciona con la sensibilidad, que se origina gracias a una forma exterior, que actúa, ante todo, sobre los sentidos. Lo bello lleva consigo un elemento superior al elemento formal, que es la verdadera causa del goce estético, y por lo mismo no puede reducirse a simples impresiones invisibles, sino que es imagen interna estimulada sólo por el espíritu con ocasión de una forma externa. Un fenómeno orgánico no puede convertirse por sí solo al mundo espiritual. El alma en presencia de un objeto bello percibido por los sentidos, se recrea con su contemplación, pero la causa no está en las impresiones sino en la combinación que de estas hace para formar la imagen de este objeto. Los sentidos no pueden darnos más que sensaciones, pero jamás pueden estimar inmediatamente el valor expresivo de ellas.