Resumen:
Se aborda la actividad intelectual, el conocimiento, la determinación precisa y exacta de las causas como elementos que ofrecen serias dificultades y más aún en Medicina. Se afirma que el conocimiento de las causas es la noción trascendental de todo adelanto etiológico, el cual es fecundo y entraña positivos progresos en la terapéutica y la profilaxis de las enfermedades. Se concluye que cuando se prescriben los cambios de clima, variaciones del régimen dietético, los tónicos antiflogísticos, los antisépticos, entre otros, no se atiende a un empirismo ciego, sino que se ve dirigido por la terapéutica según el conocimiento particular de las causas o de la modalidad orgánica que las traducen y expresan.